ENTREVISTA BJORN MENDIZABAL

Hacer una entrevista a un músico siempre es una tarea difícil, al menos para mí. Pero cuando ese músico ha sido además tu maestro durante más de un año la responsabilidad es mayor si cabe. Durante la siguiente entrevista os puede dar la sensación de estar leyendo las palabras de un músico tal vez falsamente humilde o tal vez no tan buen músico como aparenta, pero os aseguro que esas dos posibles percepciones son totalmente erróneas. Este tío es una bestia parda de la batería, y os lo dice alguien que ha tenido el inmenso placer de aprender lo poco que sabe de este maravilloso instrumento de su mano. Señoras y señores, con todos ustedes, Bjorn Mendizabal.

Parece que Quaoar con “Dreamers. Dreaming” habéis alcanzado por fin el reconocimiento unánime de la crítica y público. A qué consideras de es debido?

Se debe en parte a que llevamos años. Cuando has tenido dos discos antes que no han cosechado malas críticas puedes tener más ojos mirando el tercero. Por otra parte, intentamos hacer las cosas cada vez con mejores elecciones musicales, de cara a que contribuyan mejor a la canción. Por ejemplo, donde antes no hubiese descartado algo ahora sí que lo he hecho, y así cada uno de los músicos. También ha habido un trabajo mucho más consciente y profundo de preproducción, entendiendo como preproducción el grabar en el local, escuchar con criterio, recortar, ensamblar… así como un mayor detenimiento en la fase de mezcla, sobre todo por mi parte. También hemos avanzado todos en cuanto a diferentes cosas que escuchamos y cada uno de nosotros tenemos cada vez una librería de referencias mucho más rica.

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Este año habéis presentado ampliamente en directo el disco. Notáis que está teniendo una mejor acogida entre el público que los anteriores?

Yo creo que sí porque la madurez ha traído que cada tema sea más tema, más canción, aunque eso es un postulado muy difícil de defender cuando son canciones de 8 minutos (risas). La presentación del disco sí que ha sido bastante amplia dentro de nuestras posibilidades (Galicia, Madrid, Andorra…), pero lo que sí que hemos notado es que sobre todo a nivel local ha habido muchas caras entre el público que se han repetido, gente que igual vino a vernos cuando presentábamos el segundo disco y que en esta última gira estaban en los conciertos en primera fila. Por supuesto que nos alegra ver nuevas caras en los conciertos pero también que haya un cierto porcentaje que se repitan.

Cómo valoras la evolución de la banda desde “Man’t” hasta “Dreamers. Dreaming”? En mi opinión, “Man’t” es el disco progresivo, “The River And The Soul” es el metal y “Dreamers Dreaming” es el rock, el más accesible para el gran público.

Globalmente sí que se puede considerar así, sí. En cuanto a nivel personal, hablando exclusivamente de mi trabajo como batería, en el “Man’t”, quitando algún momento que se puede considerar no brillante pero sí decente, la mayoría es morralla.

Pues a mí el primer tema de “Man’t” (“Intro 2002 LM 60”) me parece toda una master class de batería acojonante.

Sí, bueno, 9 años después de grabarlo lo escucho y no se me caen las comisuras hacia abajo. La verdad que en relación antigüedad/calidad no está mal, di más o menos lo que podía dar y estoy satisfecho con eso. Pero el problema es que intentábamos hacer cosas técnicamente complicadas y no conseguimos hacer que sonase del todo empastado. Era algo parecido a un laboratorio. Aún así le guardo mucho cariño.

Del “The River And The Soul” personalmente guardo peor recuerdo porque me coincidió con otra grabación de otro disco y además no pude estar presente en las mezclas y no me di cuenta del peso específico que tenía estar en las mezclas.

Quaoar

Quaoar

Y con “Dreamers Dreaming” estás ya satisfecho al 100%?

La mierda que he hecho es menos mala (risas), pero no veas esto como un ejercicio de falsa modestia. Todo lo que he hecho en este disco lo he pensado más, me lo he replanteado, he intentado llevar los deberes hechos con tiempo para que mis elecciones musicales decantasen y las pudiese observar con más perspectiva. Por ejemplo, puedo estar a 4 días de la grabación y me he sacado un lick superguapo y pienso “buah, tío, voy a meterlo!”. Pero si en lugar de 4 días hubiesen pasado 34, al día 20 me hubiese dado cuenta de que tal vez el lick esté guay pero no encaje realmente en el momento de la canción en el que lo pensaba tocar porque igual hay un arreglo de guitarra justo al mismo tiempo y no termina de encajar. En resumen, he sido más prudente con los tiempos y me he anticipado más, lo que me ha permitido hacer más ajustes que en los discos anteriores. Y además con este disco he estado presente en las mezclas, por lo que hemos sido los cinco los que hemos definido el sonido final de las mezclas.

Podemos afirmar entonces que la banda al completo está satisfecha con el resultado final del disco?

Sí, es la primera vez que le pondría el disco por iniciativa propia a un conocido (risas). Y lo digo por mi labor, no la del resto, que quede claro!

Quiero hacer una mención especial a “Go To Momo”, un tema que me parece realmente adictivo y que ya tocasteis en el bolo que disteis junto a Jardín De La Croix en el Bilborock en 2013 en la presentación de “The River And The Soul”.

Sí, tanto “Go To Momo” como otro par de fragmentos o desarrollos son algo más antiguos. Sobre este tema siempre decimos que es algo festivalero, evoca a festival, a la tarde, con solazo y katxi de cerveza (risas). Es un tema desgarrado, eufórico, guitarrero, con una actitud cruda y con punch, y a pesar de ser bastante largo se mantiene bastante arriba. En este tema Iñigo (Agudo, cantante) merece una mención especial. Como paréntesis, te diría que a mí donde más me gusta Iñigo es en las estrofas tranquilas de “A Big Hole”, pero está claro que en “Go To Momo” brilla.

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Cuéntanos algo sobre otro de tus proyectos, los eclécticos Black Gamba

Tengo la suerte de estar en este proyecto rodeado de músicos muy competentes y personas muy agradables, y me encanta porque lo que prima en la banda es tejer bien la base rítmica con unos sonidos y unas texturas más secas, que es algo totalmente distinto a lo que hago en Quaoar. Este tipo de música me exige testear mi precisión rítmica, estoy obligado a tener un oído pegado al bajista (más aún, si cabe) y lo primordial en esta banda es hacer bailar a la gente. Diría que en la mitad de las canciones el bombo va a negras y estoy encantado con eso, primero porque me gusta el resultado sónico y segundo porque cuando estás tocando a las dos de la mañana no hay nada más eficiente para generar fiesta y buen rollo que un puto bombo a negras! Es una banda versátil y con buenos músicos, y a mí me viene superbién y disfruto mucho con ellos.

Tenemos además un disco grabado prácticamente en directo en el estudio, cosa que fue bastante brutal. Tiene algún overdub, pero la base del disco la grabamos en una mañana.

pulsa aquí para acceder al bandcamp de Black Gamba

Al igual que nuestro anterior entrevistado, Jorge Sánchez, tú también participaste en la grabación de “R” de Alain Concepción. Cómo surgió dicha colaboración?

La primera toma de contacto con este proyecto fue mientras Quaoar estaba presentando “The River And The Soul”. Por esa época me puso un día Jagoba Ormaetxea una canción que estaba haciendo y me preguntó si me gustaba. Resultó ser una canción de Alain y la verdad es que me gustó bastante. Y casi un par de años después entre Alain y Jagoba me llamaron para la grabación, y yo encantado porque me ocurre algo parecido a lo de Black Gamba. En este caso es una música de un género pop/west coast/soul/AOR, que me exige prestar atención a crear una textura y un clima adecuado a la canción. Además en este estilo, aparentemente sencillo, la línea vocal tiene un mayor protagonismo y me obliga a prestarle mucha atención, a empujarla y abrigarla, lo cual es un reto superestimulante. Pero ni mucho menos quiere decir esto que yo esté satisfecho con mi labor en el disco (risas), hay cosas que me gustan de mi labor como baterista pero otras no tanto. Lo que sí recalcaría es que es un estilo que me encanta.

Bjorn con Alain Concepción. Fotografía de Gontzal Garate

Bjorn con Alain Concepción. Fotografía de Gontzal Garate

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Participaste también en Elfenthal junto a Dann Hoyos. Qué nos puedes contar de dicho proyecto?

Los productores de este proyecto lo definen como rock sinfónico épico. A priori es un rollo un poco folk ancestral, algo gregoriano… es algo del estilo del Señor de los Anillos. Pero es un proyecto muy ambicioso porque, además de los músicos, hay 3 coreógrafos dramatizando mediante el baile lo que recrea la canción. En sus directos se crea un clima muy élfico. Vienen muchas abuelas porque es una música clásica tranquila, aunque también hay algo de doble bombo (risas), vienen padres con los niños porque tiene la parte teatral… es un público muy transversal. Y me da la opción de tocar con musicazos como Dann Hoyos (guitarra), Javier Fernández (bajo), Itxaso Satrustegui (teclas), Georgina Sanchez (cello) y John Kelly y Maite Itoiz a las voces, instrumentación diversa y alma mater del proyecto.

con Elfenthal

con Elfenthal. Fotografía de Bjorn Mendizabal

Cómo comenzaste a tocar la batería?

Con 13 o 14 años me empezó a gustar la música de verdad. Ya con 16 años vi el vídeo de Woodstock, el solo de batería del batería de Santana, Michael Shrieve, que tenía 19 años en esa grabación. Es un solo incontestable, que se puede definir con el binomio “exaltación y destreza”. Me preguntaba qué tiene que suponer poder hacer eso y cómo te tiene que hacer sentir tener esa destreza al instrumento y contribuir así a la música.

Luego, en Donosti tenemos la tamborrada, que es cuando todos los borrachos compran tambores de 10 euros y les sacan toda la mierda hasta que los joden del todo (risas). Así que cogí tambores viejos, los que no estaban meados y potados, y los llevé a casa de mi abuela, los medio arreglé, desatornillé de la taquilla del instituto la barra que hacía de perchero para sujetar a ella los timbales y que quedasen inclinados, y el bombo lo hice con una caja de cartón rellena de ropa, que daba más o menos el pego. También me hice un pedal donde en lugar de muelles había una goma de carpeta. Y me compré los peores platos de charles que te puedas imaginar, los Thunder. Y como sólo tenía esos dos platos, un día tocaba con charles y otro día los usaba como ride y crash, que sonaban a rayos (risas). Y así estuve un año hasta que con mis amigos de la cuadrilla formamos una banda y nos metimos en un centro cultural y me gasté todos mis ahorros en comprarme una batería. A partir de ese momento en cuanto tenía un rato me iba a tocar, me escuchaba cosas, me las sacaba…

Luego empecé en la escuela de música municipal con un profesor que me enseñó muchos ejercicios arduos y rigurosos pero que me vinieron muy bien.

Quiero hacer aquí un inciso para mencionar la importancia del ritmo para estudiar cualquier instrumento, no menor que la armonía y la melodía. Hay en general una creencia de que el ritmo no es importante para tocar en una banda porque ya habrá luego un batería sólido que me lleve, pero tienes que revisar tu ritmo, aunque sea practicando con un metrónomo, porque al final todo el mundo en una banda tiene la misma responsabilidad rítmica, y si no que se lo pregunten a Quincy Jones (risas).

También con 16 años yo era anti-notas. De hecho le pedí a mi madre que no me llevase a una academia de esas en las que te enseñan a leer notas, porque con la flauta en el colegio ya había tenido suficiente. Pero luego me hice muy fan de las notas porque todo cuanto se me ocurre, oigo, leo, etc., lo puedo codificar. No saber escribir música es (voy a exagerarlo un poco) como si en la vida real fueses analfabeto, aliviado parcialmente por el hecho de que hoy día, con un teléfono móvil, te puedes grabar muy fácilmente cualquier cosa que se te ocurra.

Después de 3 años allí di 5 o 6 clases con Paco Díaz, exbatería de Akelarre, y desde entonces he sido autodidacta, tratando de investigar lo que realmente es importante al tocar la batería. Cuando escuchas disco del copón y piensas “¿cómo se suena así?”. Casi por eliminación descubres que tienes que tener buen tempo, tienes que tener un feeling mínimamente orgánico, tienes que ser lo más versátil que puedas y servir a la canción. También es muy bueno sentir envidia de la gente que toca cosas que a ti no se te ocurrirían. Eso es lo que me pasó a mí con el pop. Porque cuando empiezas a tocar piensas “el heavy es lo rápido, así que es lo difícil” y “el jazz es lo raro, así que es lo difícil”, pero cuando veía por ejemplo al batería de Celtas Cortos, yo sabía hacer cada break que él tocaba, pero cuál es la receta para que se te ocurra hacer cosas de tan buen gusto y que encajen tan bien en la canción? Escuchar y tomar nota. Lo mejor que puedes tocar es lo mejor que puedes escuchar. Ése es el eslabón más débil de la cadena, ser capaz de darte cuenta de esos detalles.

Bjorn con Aitor Zorriketa

Bjorn con Aitor Zorriketa

A Jorge le pregunté qué le supone a un bajista tocar con un baterista de tu nivel. La pregunta a la inversa. Qué supone para ti tocar con bajistas de la talla de Jorge Sánchez o Aitor Zorriketa?

Placer y seguridad. Placer porque mola saber que estás con alguien con quien puedes asegurar bien los cimientos de la casa. Es cierto que es un cliché, pero rara vez hay un grupo con un mal batería. Lo mismo podría afirmar sobre el bajista. Aunque realmente cada uno tenemos importancia en nuestra área. El trabajo del batería es un trabajo de base, se trata de hacer que nunca decaiga ni a nivel de energía ni de solidez rítmica. Y el trabajo de un bajista es básicamente el mismo, añadiendo además la parte armónica. Volviendo a la pregunta, si quiero hacer ciertas virguerías rítmicas, son gente con un concepto tan sólido del tempo que me permiten, si es oportuno, volar un poco con mi instrumento porque son rítmicamente autosuficientes. Además ellos son armónicamente muy inteligentes, y disfruto mucho como oyente cuando toco con bajistas de este nivel.

Entrando en tu faceta de profesor, qué edad y qué manera consideras que es la ideal para comenzar con la batería o la percusión para un niño?

Se pueden dar 3 casos en un niño. Hay niños a los que no les gusta sentarse a aprender algo, hay otros a los que ni fu ni fa, y hay una pequeña minoría con una gran motivación para aprender cosas, en este caso batería.

Yo creo que por debajo de 7 u 8 años a un niño hay que meterle la llama de que la música mola y que está guay tocar un instrumento, se trata de generar pasión por la música.

No me considero especialmente bueno enseñando a niños, creo que soy mucho más eficiente con los adultos, pero realmente creo que la labor del profesor debe ser focalizar al niño hacia sus intereses, no llamarle estudio sino juego…usar los típicos trucos de libro de cómo ser padre, ya sabes.

Un apunte. Cuando les preguntan a los grandes bateristas cómo empezaron a tocar música siempre dicen que porque su padre tocaba en casa con la puerta abierta y ellos se quedaban mirando, o cosas así. Es muy raro que digan que les apuntaron a clases de música cuando eran pequeños.

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Los que hemos sido alumnos tuyos sabemos que, aparte del metal progresivo, dominas muchos otros estilos como el latin, jazz, etc. Cómo de importante consideras que es para un baterista dominar registros que no son habituales en las bandas en las que toca? Es necesario para enriquecer el resultado final?

Yo no domino nada y sé poco!! Y cuanto más sé soy más consciente de lo que ignoro. Tocar jazz o latin bien bien requiere una disciplina, unos matices… es muy complejo. Si hay una virtud que tengo es que, dentro de mis limitaciones, he intentado cocinar la versatilidad, pero dominar… Por ejemplo, el pop sirve para buen gusto, minimalismo y solidez, que no mamporrería. El jazz sirve para desarrollo rítmico, cuestiones analógicas como volumen y duración de las notas, y para la sensibilidad en general. El rock y el metal sirven para la contundencia, coherencia, solidez y agresividad… pero rara vez los baterías que a mí me gustan son baterías de un solo estilo. Steve Gadd, Jeff Porcaro, Simon Phillips, Dave Weckl, Gavin Harrison, John Robinson, Virgil Donati… son gente que no vienen directamente de ningún estilo. A Donati no le he escuchado tocar mucho latin (risas) pero seguro que no lo hace mal. Incluso hay un puñado de baterías de metal que tienen unas sutilezas rítmicas en cuanto a platos que son puro jazz. Los músicos que han innovado son mayormente los que venían de un estilo y han ido a otro, importando su riqueza estilística a cada cosa que han ido haciendo.

Es bastante habitual verte dando clinics de batería. Qué te aporta?

Que te suelen hacer preguntas que te hacen replantearte cosas o convertirte en un mejor comunicador para poder explicar cada pregunta en cuestión. También me gusta el hecho de poder hacer una pequeña exposición de lo que a mí me gusta musicalmente, porque la gente puede pensar que solamente me gusta el funky o el reagge si me ve con Black Gamba o que me gusta el metal y el rock de los 70′ si me ve con Quaoar, y eso no es una verdad absoluta. Yo compongo mis licks de batería que no tienen cabida en Black Gamba o en Quaoar y las clinics pueden ser un escaparate para ello. Y me encanta que la gente participe en las clinics porque nos enriquece a todos.

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Te voy a nombrar a algunos baterías y quiero que me digas lo que opinas de ellos.

John Bonham

Leí en una ocasión que todo el batería que haya tocado rock se ha visto influenciado por este tío, al que echaban de los clubes por tocar demasiado fuerte. Vinnie Paul de Pantera, por ejemplo, es una versión metalera de Bonham. Tenía una serie de sutilezas que lo hacían un solista interesante y que abrió los ojos a los baterías de rock al mundo de las sutilezas. Un peso pesado, sin duda.

Neil Peart

Ha creado mucho vocabulario dentro del sinfónico-progresivo. Por ejemplo, Portnoy ha cogido mucho de su vocabulario. Además, dentro del progresivo, hace caminar la canción y le da un aire popero.

Mike Portnoy

Yo, tocando sobre canciones de Dream Theater, aprendí gran parte de lo que sé sobre métricas irregulares. Aunque no soy un enamorado de su estilo porque lo veo un poco recargado y porque a mí me gusta utilizar más la dinámica. Portnoy es un tío muy preciso pero no es tan musical y minimalista como pueden ser Gadd, Porcaro, Coaliuta…

Buddy Rich

Gran showman, testosterona a tope, y mentor y divulgador de mucho vocabulario. Gente como Donati utilizan licks jazzeros de Buddy Rich. También tenía la habilidad de crear un mapa para un solo. Y era agresivo en cuanto a dónde está el tempo. Además de un portento técnico.

Jeff Porcaro

He llorado un montón de veces escuchando a Jeff Porcaro. Es raro el día que no escuche una canción que haya grabado Jeff Porcaro, y esto se debe a dos cosas: a que a mí me gusta mucho la música en torno a la que orbitaba y a que grabó la de dios! Piensa que murió con 37 años! Es el batería a quien más puedo atribuir el binomio Exaltación y Destreza, a lo que habría que añadir, por supuesto, Elegancia. Al igual que Steve Gadd, Coaliuta… tiene intención absoluta en cada nota que toca. Cada timbalazo, el ángulo con el que ataca el charles… nada da igual. Exploró el charles dentro de un marco aparentemente tan limitado como el pop, haciéndolo respirar y caminar, con tanta consideración y sensibilidad, que tiene un mérito enorme. Además era un conciliador que establecía un clima genial para el trabajo en el estudio, y era muy versátil e inteligente. También tenía una capacidad innata para ver qué le hacía falta a la canción. A nivel personal es el batería con el que me di cuenta de que la canción tiene una línea vocal que hay que respetar, me enseñó la importancia de la textura del charles, la moderación de volúmenes, y a tener un compromiso para que la canción sea una buena canción.

Alguna anécdota divertida que nos puedas contar de tu experiencia como baterista?

Por ejemplo, en la primera fecha con la verbena, tenía toda la batería perfectamente preparada, todos los timbales perfectamente afinados… pero 5 minutos antes del show tuve que ir a un bar a pedir dos cajas de cerveza porque me había olvidado la banqueta

Algo que quieras añadir?

Hubo un día, hace 7 años más o menos, en que decidí dejarlo todo para dedicarme a la música. La pregunta que deberíamos hacernos todos es ¿si tuviésemos la vida resuelta, qué querríamos hacer? Yo me di cuenta tarde, pero dedicarme a la batería fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. Tal vez no sea necesario para todas las personas tomar una decisión tan drástica, pero sí el tener un tiempo, el mayor posible, para dedicarlo a lo que te haga feliz.

Keep on Rockin’!

Dr. Pretorius

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