Cuerdas de guitarra

Son muchas las piezas que forman nuestras guitarras o bajos: cuerpo, mástil, clavijas, puente, pastillas… Pero una es especialmente importante: las cuerdas, esa parte que requiere un cuidado especial y un cambio cuando sea necesario.

Pero… ¿Cuándo es necesario?

Después de leer, ver videos, charlas con compañeros guitarristas y bajistas, he recapitulado todo llegando a la siguiente conclusión.

Comenzaremos con la fabricación de la cuerda. El proceso de elaboración de la cuerda parte con la obtención de un cable de sección hexagonal con núcleo de acero. El acero es una aleación de hierro y carbono. Este cable puede variar dependiendo de la marca que usemos y del modelo de las cuerdas. El cable se examina milímetro a milímetro bajo microscópio para verificar que no tenga ningún defecto. Se comprueba también su resistencia y elasticidad.

En el caso de las cuerdas 4, 5, 6 o cuerdas entorchadas, al cable núcleo se devanaría otro a su alrededor que puede ser igual que el cable del nucleo o variar dependiendo de cada marca y/o modelo. A las cuerdas de guitarra acústica se les suele devanar cable de Bronce normalmente y tambien Oro, Plata para hipoalergénicos, Cobre, Níquel o Wolframio. Tambien se usan estos materiales en guitarras españolas.

Algunos de los componentes básicos en la composición de cuerdas:

* Al cable núcleo se le añadiria un porcentaje de Cromo; el acero se fabrica a unos 1500º C.

En las guitarras españolas el acabado de las cuerdas 4, 5 , 6 o cuerdas entorchadas, suele ser similar al de las guitarras acústicas pero siempre siendo el más común el Bronce.

De estos tipos de cuerdas, las que más van a mantener el brillo serán las de acero inoxidable pero serán un poco mas duras y quizás algo menos resistentes ya que el acero inoxidable no es tan elástico.

Cuanto más usemos nuestra guitarra más tenemos que afinar con lo que cada vez estiraremos más las cuerdas y al final se partirán, es inevitable. Es decir, tendremos que cambiar las cuerdas cuando la afinación comience a fallar mucho o cuando las cualidades del sonido que debería emitir la cuerda esten mermadas (tono, brillo, sustain…) o sería lo conveniente.

Siguiendo con el mismo tema pero con una gota de humor, hay una leyenda urbana que dice: “hervir las cuerdas para que duren más”.

Hirviendo las cuerdas no conseguimos alargar la vida de la misma. En nuestras casas la mayor temperatura que podemos conseguir seria de 120º en el interior de una olla-presión. Teniendo en cuenta que el acero se fabrica a 1500º centígrados lo único que conseguiremos hirviendolas será limpiarlas de impurezas. Además de acortar la vida útil de las cuerdas ya que al desinstalarlas  y volverlas a instalar modificamos los puntos de ajuste (puente y clavijas) en las cuerdas y variamos los puntos de tiro (cejuela y silletillas), produciendo así un mal afinado y asegurándonos la posible rotura y un afinado nada correcto.

Lo más efectivo para un buen mantenimiento de las cuerdas, y así alargar su vida útil, es limpiarlas después de cada sesión. Es aconsejable llevar siempre en nuestro estuche un simple trapo para pasar sobre las cuerdas y el mástil al guardar la guitarra o algún producto especialmente diseñado para ello.

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