SELECCION DISCOGRAFICA: BRUCE SPRINGSTEEN – «BORN TO RUN», 40 AÑOS DEL MITO (POR DR. MOREAU FRANKENSGUITAR)

¡Hola a todo el mundo! El Dr. Moreau regresa para seguir compartiendo con todos ustedes  historias de rock’n’roll. De nuevo dedica su artículo a uno de los discos que más le han impactado…

«Tod@s conocemos a Bruce Springsteen. «El Jefe» es uno de los dinosaurios más mastodónticos del rock business. Sus giras son multitudinarias,  las ventas de sus 18 discos de estudio (más sus discos y DVD’s en directo) han sido millonarias….Alguien con peso dentro de la industria.

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Pero, ¿cómo empezó todo? ¿Cómo llegó un chico de Freehold, Nueva Jersey, a convertirse en «El Jefe»?

Para conocer la respuesta, debemos hacer un viaje a través del tiempo y del espacio y trasladarnos a la costa este americana, en los últimos 60/primeros 70. Elvis y los Beatles habían activado a una generación de chavales, que habían visto la luz y que querían dedicarse al rock’n’roll. Las bandas de covers salían como churros y los clubs de la zona costera de NJ eran un hervidero de músicos. Estos músicos, con el tiempo, quisieron más y empezaron a componer sus propios temas en vez de tocar los de otros y, así, surgieron bandas que componían cosas ciertamente interesantes.

Uno de los sitios más activos era Asbury Park, una pequeña localidad vacacional localizada a poco más de una hora en coche de Nueva York. En Asbury Park existía un número respetable de clubs en los que se interpretaba música en directo. La mayoría estaban localizados en las zonas de playa y programaban actuaciones de grupos de covers, para entretener a los turistas. Pero más hacia el interior existía uno diferente: el Upstage. Aquí, los músicos que actuaban presentaban su propio repertorio y, además, se organizaban «jam sessions», en las que cualquiera podía subir a tocar. Merced a estas jams, Danny Federici (órgano) y Vini Lopez (batería) conocieron a un chico de Freehold, localidad a unos 30 kms de Asbury Park, llamado Bruce Springsteen, que les encantó y al que, tras mucho insistir, convencieron para formar un grupo juntos.

La banda se llamó Child y luego Steel Mill, y practicaba un rock/blues de solos largos que recordaba a grupos como Cream. Estuvieron activos hasta principios de los 70, momento en el que, debido a problemas sociales, la escena musical de Asbury Park quedó en punto muerto por el cierre de muchos de los clubs.

Algún tiempo después, tras haber dado tumbos por aquí y por allá debido a la desbandada de músicos que se produjo tras el cierre de los clubs, Springsteen volvió a la costa de Jersey y consiguió un contrato para grabar. Recuperó a varios de los músicos con los que había tocado en Steel Mill y grabó «Greetings from Asbury Park», su primer trabajo. Canciones en las que sonaba como un nuevo Bob Dylan, muy alejadas de lo que había hecho hasta entonces,  en las que hablaba de la ciudad en la que empezó a tocar y contaba historias sobre la gente que allí había conocido. Unos pocos meses y conciertos después, salía su segundo trabajo, «The wild, the innocent & the E Street Shuffle», que al igual que el anterior, pasó casi de puntillas por las listas de ventas. Pero después, llegó 1974, llegó también el productor Jon Landau y, tras ver al grupo, ya llamado E Street Band, dijo una de las frases más célebres de la historia del rock: «He visto el futuro del rock’n’roll, y se llama Bruce Springsteen».

Jon Landau y Bruce Springsteen en 1.974

Jon Landau y Bruce Springsteen en 1.974

Landau, en aquella época, era un crítico musical al que le picaba el gusanillo de la producción y, en cuanto vio a Bruce, supo que era el momento de intentarlo de verdad. Bruce y él enseguida hicieron migas y se fue labrando una amistad que trascendió lo puramente profesional y que aún perdura hoy en día. Landau veía un potencial tremendo en el músico, y éste, a la vez, se fiaba de Landau porque estaban de acuerdo en la mayoría de las cosas. El nuevo productor enseguida vio que para que la E Street Band diera todo lo que llevaba dentro, había que darle todo lo que fuera posible, así que se llevó a todos a los Record Plant studios de Nueva York (los mejores de la época en la Gran Manzana), lo cual creó un cisma entre la banda y sus productores, digamos, «titulares» (Jim Cretecos y Mike Appel), que acabaría degenerando en una batalla legal de la que, quizá, os hable en otro momento.

El traslado originó ciertos retrasos en la grabación del nuevo disco, aunque antes de dicho traslado la banda tuvo que superar un importante revés: la salida de Ernest «Boom» Carter (batería) y David Sancious (piano) para formar un grupo de jazz-fusion, que era lo que realmente les apasionaba. Con el disco a medio grabar, y a sabiendas de que en la costa no iba a encontrar sustitutos de garantías, Bruce volvió la vista hacia Nueva York y tras varias semanas en las que hizo docenas de audiciones, completó de nuevo el grupo con la formación que, a día de hoy sigue conformando el núcleo de la E Street Band. Para lo que restaba de grabación, el line-up era el formado por Springsteen, Steven Van Zandt (guitarra), Roy Bittan (piano), Danny Federici (órgano), Clarence «Big Man» Clemons, (saxo), Garry Tallent (bajo) y «Mighty» Max Weinberg (batería)

De izd. a dcha: Clemons, Bruce, Tallent, Weinberg, Bittan,  Van Zandt y Federici

De izd. a dcha: Clemons, Bruce, Tallent, Weinberg, Bittan, Van Zandt y Federici

Se enfrascaron de nuevo en la grabación, con un Steven Van Zandt que, pese a haber sido el último en incorporarse (más bien reincorporarse) al grupo, asumió el reto de buscar las ideas que faltaban en algunos de los temas, dejando a Landau, Appel y al propio Bruce con la boca abierta con el resultado. Tras unos meses de mucho trabajo, en el que alternaban sesiones de grabación y conciertos, finalmente llegó agosto del 75 y el disco se publicó con el nombre de la primera canción que se compuso para dicho trabajo: «BORN TO RUN»

La celebérrima portada

La celebérrima portada

El disco contiene 8 temas, la mayoría de los cuales forman parte de los repertorios del Boss incluso hoy en día (algunos, como el homónimo, son fijos). El listado de canciones es el siguiente:

El disco empieza con «Thunder Road», una oda a la libertad y al deseo de, como dice la última estrofa, dejar atrás «una ciudad llena de perdedores, y me largo de aquí para ganar» y que nos deja un final apoteósico con un solo de saxo y un cambio de ritmo que suenan a marcha triunfal.

https://www.youtube.com/watch?v=x5kXnq5IjdU

El segundo corte es «Tenth Avenue Freeze-out», un tema rescatado de los que quedaron fuera en la grabación de «The Wild…» y que Steven Van Zandt revisó, incorporando arreglos de vientos (trompetas y trombones, además del saxo de «Big Man»).

El tercer tema, «Night», es más marchoso.

El cuarto es «Backstreets», y pobló USA de chicas llamadas Terry durante un tiempo, debido a la protagonista de la letra. Con una intro de piano espectacular, también llegó a convertirse en clásico.

El quinto es «Born to run» y acabó por convertirse en un himno del rock que aún hoy sigue vigente, y que siempre está entre las elegidas para los set-lists. En el disco, se dejó la versión que ya estaba grabada desde el principio, en la que tocan «Boom» Carter y Sancious.

El sexto tema es «She’s the one», un tema con gancho, que pese a su ritmo entrecortado, tiene fluidez.

https://www.youtube.com/watch?v=n9jcvBYhJEE

El séptimo es «Meeting across the river». Un tema que parece (sólo parece) estar fuera de lugar, sólo la voz de Bruce con el piano de Bittan y el saxo de Clarence, contando una historia un poco turbia.

Y el octavo y último tema es «Jungleland», una canción larga, que habla de pandilleros y rockeros mezclados en la noche, con una introducción al unísono de Federici y Bittan, quedándose éste con el protagonismo hasta la entrada de toda la banda. Mención especial para el sublime solo de saxofón de «Big Man» Clemons.

Ocho canciones irrepetibles para un disco también irrepetible, de los que se escuchan enteros. Mi favorito del Boss y, para mi gusto, el mejor. Hay quien prefiere el «Darkness on the edge of town», o «The River», o «Born in the USA», que también son grandes álbumes; pero prefiero éste porque con él, los de New Jersey empezaron a coger velocidad de crucero y empezaron a definir el sonido que les haría grandes algunos años después. Como en el fútbol, para jugar la Champions, primero hay que jugar la Liga y ganarla. Y «Born to run» fue la primera liga de Springsteen.

En 2005 salió a la venta la edición 30 aniversario del disco, en una caja de coleccionista que incluía el CD remasterizado, un DVD-documental de la grabación y un DVD con un concierto en el Hammersmith de Londres, en 1975, en lo que significaba la primera gira por el extranjero de la E Street. Todos los videos en directo de este artículo corresponden a dicho DVD y las he puesto para situar las canciones en su contexto. No he puesto la versión de «Thunder Road» porque en este concierto la hizo sólo con voz y piano, que aunque es preciosa, no nos muestra los cambios de dinámicas que tiene; ni tampoco la de «Tenth Av…» porque en este directo no salen los vientos invitados,  y por lo tanto, no suena mas que el saxo de Clemons. Unos invitados, por cierto, de postín: Los hermanos Randy (trompeta) y Michael (saxo tenor) Brecker, Dave Sanborn (saxo barítono) y Wayne Andre (trombón).

Para terminar, sólo me resta decir que: «Tramps like us, baby, we were born to run»

Texto: Dr. Moreau Frankensguitar

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