Tony Soprano

Hoy voy a hacer una de esas entradas que me gustaría no haber tenido que hacer.  Anoche a la 1:54, recibí un whattsapp de una buena amiga que, sabedora de mi pasión desmedida por Los Soprano (serie que le recomendé y que siempre me agradeció haber visto),  me informaba del triste fallecimiento de James Gandolfini.

A pesar del título de la entrada, no quiero que la carrera de este hombre quede reducida a su papel protagonista en Los Soprano; de hecho fue un secundario de lujo y desempeñó papeles que muchos recordaréis en películas como The mexican, La última fortaleza, In the loop o El hombre que nunca estuvo allí, de los hermanos Coen.Sin embargo, es de justicia reconocer que su caracterización como un mafioso de Nueva Jersey incapaz de enfrentarse al día a día de una familia que se acerca a lo disfuncional es soberbia y será recordada para siempre por los amantes del cine.

Los Soprano

Algunos describían la serie de la HBO como un El padrino pero de 75 horas, y estoy absolutamente de acuerdo; es probablemente, junto a The wire (también, por supuesto, de la HBO), la mejor serie de la historia de la televisión a juicio de quien os escribe. Tres son las veces que la he visto completa, y es probable que el fallecimiento de Gandolfini me empuje a volver a verla una cuarta, que estoy seguro de que disfrutaré tanto o más que el primer día.

Los Soprano se ha convertido por derecho propio en una serie icónica, de las que traspasan épocas y fronteras, y lo consiguió en gran parte gracias a la empatía que despertaba en el espectador el personaje que interpretaba James Gandolfini: Tony Soprano, un personaje racista, machista, asesino, putero, y neurótico. No hace falta decir el mérito que tiene retratar un personaje con tales características y que se gane el cariño del espectador como él lo consiguió. Los guionistas de Los Soprano merecen una  estatua y son el ejemplo a exhibir ante todos aquellos que nos bombardean las pantallas con personajes planos y sin carisma en cada estreno de cine.

Soprano

Los Soprano elaboraba sus personajes de una forma tan precisa y asombrosa que enseguida perdías la noción de estar viendo una ficción televisiva para sentirte al lado de personas auténticas, de carne y hueso: Carmela, Tony, la doctora Melfi, Silvio, Pussy, Chris Moltisanti, Junior, Livia, Ralph Cifaretto, Artie Bucco, Bobby Bacala, Meadow, Paulie, Richie Aprile, Adriana…  nombres que a cualquiera que haya visto la serie le vendrán inmediatamente a la cabeza. Todos únicos, todos con sus rasgos de personalidad, todos con sus deseos y necesidades bien definidos, sus debilidades y sus fuertes, sus conflictos… Un auténtico ejército de personajes maravillosamente construídos al servicio de una historia brutal y plagada de humor negro.

Sirva esto como excusa para dar mi más triste y sincera despedida a un grandísimo actor, y al mismo tiempo al que, para mi, es el mejor personaje en la historia de la televisión.

James Gandolfini. Fundido a negro. Fin

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