VIXEN (SALA SANTANA 27, BILBAO, 26-9-14 – POR DR.MOREAU FRANKENSGUITAR)

¡Hola de nuevo! Esta es la primera clase de la vuelta al cole del Dr. Moreau en este nuevo curso…

Durante los últimos días del verano, he estado repasando las páginas web de grupos y salas de conciertos como si de los cuadernos de Vacaciones Santillana se tratase, para ver qué nos depara el nuevo «curso» y la verdad es que el menú, a priori, es apetitoso. Bandas como  Accept, Y&T, Gotthard, Edguy, H.E.A.T., Unisonic, Masterplan, Epica, Uli Jon Roth… se van a dejar caer por aquí (unas más cerca que otras) antes de final de año o principios del próximo, hecho este que me tiene salivando desde hace algún tiempo…

La primera parada de este maratón conciertil que se avecina tuvo lugar el pasado viernes 26 en la Santana 27 de Bilbao con las norteamericanas Vixen. Fundadas en Minnesota en los 80, pronto se trasladaron a LA, una ciudad en la que en aquella época había mucho bullicio de bandas de su estilo. Allí parieron sus álbumes «Vixen» y «Rev it up». Luego el grunge impuso su ley y el sonido de las bandas angelinas cayó en el olvido, provocando la disolución de muchas de ellas. Aunque siguieron unos años más, también acabaron por separarse. Luego hubo reuniones, con la formación original y con otras, que dieron origen a algún disco más que pasó sin pena ni gloria…

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La formación que nos visitó fue la que alcanzó la fama, salvo Jan Kuehnemund, fallecida en octubre de 2012 debido a un tumor. Así, se presentaron en la Santana Janet Gardner (voz), Share Pedersen (bajo y voces), Roxy Petrucci (batería) y Gina Stile (que formó parte de una de esas reuniones) a la guitarra y voces; acompañadas por un teclista.

El show, previsto para las 22:00h, empezó con unos 10 minutos de retraso y desde el principio quedó claro que la banda no se iba a complicar la vida en lo que a repertorio se refiere. El grueso de su set-list salió de sus dos primeros discos, los famosos, los superventas. Lo que la gente esperaba (esperábamos), por otra parte. Arrancaron con «Rev it up» y «How much love», siguieron con «Cruisin'» y «Bad reputation» y no hubo que esperar mucho más para llegar al primer punto álgido de la noche, su megahit «Cryin'».

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Siguieron con «I want you to rock me», «Not a minute too soon» y «Streets in paradise». Tras este tema, Janet se tomó un breve descanso y dejó al resto de la banda interpretando el clásico «Rockin’ in the free world», cantado por Share.

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Después, llegó otro de los picos del show, con «Love is a killer «, su más famosa balada, al inicio de la cual Janet tuvo unas palabras de recuerdo en memoria de la fallecida Jan. Luego recordaron brevemente su disco de los 90, «Tangerine», tocando «Never say never» y volvieron de nuevo al repertorio de los 80 con «Hell raisers» y ¡oh, maravilla!, mi tema favorito de su repertorio, «Love made me»

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En el tramo final del concierto, llegó un solo de batería por parte de Roxy Petrucci (afortunadamente, breve) tras el cual empezó a marcar un ritmo básico (el equivalente baterístico del cánon de Pachelbel) sobre el que Janet empezó a cantar canciones conocidas (recuerdo «I love rock’n’roll», «Here I go again» y «Every rose has its thorn») con el objeto de hacer participar al público, que en su mayoría aceptó de buen grado el juego

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Terminaron con «Wrecking ball» (tema de composición propia, no confundir con el de Miley Cyrus del mismo título, ¿eh?) y se marcharon, aunque no tardaron mucho en volver para el bis, que fue de un único tema. El elegido fue «Edge of a broken heart», el otro megahit de su primer álbum. Y aquí sí, ya se despidieron definitivamente, tras una hora y veinte minutos aproximadamente.

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Fue un buen concierto, me lo pasé bien. Es lo que me ocurre generalmente cuando veo a alguna banda que me retrotrae a la adolescencia/juventud, siempre y cuando el paso de los años no haya destrozado el mito. Con ellas, eso no me pasó. Parecen haber envejecido dignamente, tanto físicamente como en lo musical. Janet sigue con una buena voz, y aunque se notó qué canciones estaban más bajas de tono (en «Cryin'» donde más), sonó reconocible. Vixen nunca ha sido una banda de excesivos alardes técnicos (quizá nunca lo hayan pretendido); pero sonaron compactas y lo que hicieron, lo hicieron bien: música fácilmente asimilable, con melodías que enganchan y de agradable escucha.

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Cabe decir también que el sonido les ayudó. Como viene siendo norma en esta sala, sonó todo bien y equilibrado. Unicamente he de mencionar algunos desajustes del volumen del teclado, de la voz de Janet en algún tema y la guitarra poco definida en algún otro; pero vamos, cosas que sólo pueden calificarse de anecdóticas. Entre ellas hubo buen ambiente en el escenario; muchas veces Janet se acercaba bien a Share, bien  a Gina para cantar las dos en el mismo micro, alguna «coreografía»… parecían estar a gusto, y así es más fácil conseguir que el público (más o menos una media entrada, a la cual terminaron de ganarse saliendo inmediatamente después de terminar el show a firmar autógrafos y hacerse fotos, bien por ellas) también lo esté.

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El «pero» que voy a poner hoy (no imputable a ellas) es que la fiesta fue muy corta. La promotora del evento, por la razón que fuese, no incluyó grupo invitado en el cartel, así que, al menos yo, me fui con la sensación de haberme quedado con hambre en la cena.

Próxima parada: Kafe Antzokia a mediados de octubre con otra banda de la época,  los Y&T de Mr. Dave Meniketti. Allí os veo. Y a l@s que no, aquí podréis leer lo que acontezca, si así os apetece.

Me despido agradeciendo a Aratxu Oiarzábal y Javier Rojo su colaboración, dejándome utilizar algunas de sus fotos para ilustrar esta crónica.

Texto: Dr. Moreau Frankensguitar

Fotografías: Dr. Moreau Frankensguitar, Aratxu Oiarzábal, Javier Rojo

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