SPACE OCTOPUS – TOMORROW WE’LL BE GONE

No pensaba escribir sobre este disco, el último en la ya prolífica carrera de Space Octopus, por varios motivos. En primer lugar porque ya lo han hecho algunos de los medios especializados más importantes de España y del mundo. Y en segundo lugar porque he tenido que hacer un gran esfuerzo para ser objetivo con esta reseña.

Pero después de escucharlo y ver el discazo que se han currado estos chicos, creo que se lo mínimo que se merecen son unas palabrillas.

Tomorrow We’ll Be Gone es un discarral de metal progresivo en toda regla, que podría mirar sin sonrojarse a cualquier disco de cualquier banda del género que se os pase por la cabeza. Escuché comentar a Dann Hoyos (guitarrista, cantante y alma mater de Space Octopus) que éste posiblemente fuese el disco más duro de los Octopus, y seguramente lleve razón, aunque sigue muy de cerca la estela de su anterior obra, The Image Is Gone.

Pero si hay algo que creo que difiere en este disco respecto del anterior es el salto cualitativo a nivel de producción. Entiendo como producción no sólo la grabación del disco, que está hecha con una calidad brutal, sino lo pensados que están todos los mínimos detalles de todas las canciones. Sirvan como ejemplos de lo que quiero decir la intro de Our Time Is Coming Out o los «tétricos» arreglos de This Is The Last Time I Feel.

Hay un aspecto que me encanta de esta banda y que me parece algo fundamental y a la vez difícil de conseguir para cualquier artista. Es el hecho de que en cuanto escuchas una canción suya sabes que son ellos. El disco suena a Space Octopus, y eso es la leche, más si cabe en un estilo tan trillado como el metal (y todas sus variantes). Aquí encontramos todos los elementos «típicos» de las canciones de Space Octopus: riffs pegadizos y potentes, voces ligeramente rasgadas y solos supervirtuosos que están al servicio de la canción para llevarla uno (o varios) pasos más allá. En este sentido Dann Hoyos me recuerda mucho a Ritchie Kotzen o Nuno Bettencourt, músicos que ponen siempre su descomunal técnica al servicio de la canción.

Y es que si hablamos de canciones aquí hay muchas y muy buenas. Prácticamente el disco entero está lleno de temazos de metal con riffs implacables y solos perfectos. Muy en la línea, como ya he comentado, de lo que nos ofrecieron en su anterior obra, The Image Is Gone. Pero lo que más me ha gustado del disco está al final, y es la dupla formada por Pause y React. La primera es una delicada melodía de guitarra clásica que sirve como base al tema que se desarrolla en React, una canción de esas que van creciendo a cada segundo. Sin duda una de las mejores canciones que he escuchado en mucho tiempo.

No quisiera quedarme sin destacar la labor de los músicos que acompañan a Dann en esta nueva formación de Space Octopus. Josu «Holly Brandy» hace una gran labor al bajo, aportando una contundencia brutal al conjunto. Josu no posee la descomunal técnica del anterior bajista de Octopus, el grandioso Jorge Sánchez, pero es que Josu es un bajista reconvertido. Os aconsejo que echéis un vistazo a sus otros proyectos, Midnight Road y Holly Brandy, donde da muestra de su dominio a las 6 cuerdas. Comentar que Josu es el actual bajista de Etsaiak-eroak, la versión actual de los míticos Etsaiak, donde también toca la guitarra Dann Hoyos.

Pero la gran sorpresa del disco es Oier de Pedro, que se ha calzado a la batería las botas de Iván Román sin problema alguno. Si ya me dejó boquiabierto en las veces que le vi tocando en directo los temas de The Image Is Gone, escuchando Tomorrow We’ll Be Gone me ha dejado sin palabras. Porque tocar metal progresivo con la batería no está al alcance de cualquiera y el trabajo de batería que hay detrás de cada canción de este disco es realmente impresionante.

Para terminar voy a comentar el único aspecto que considero que languidece en este disco, y posiblemente también en el anterior. Éste es su falta de eclecticismo, sobre todo si lo comparamos con Dormir Con El Diablo. Porque en aquél encontrábamos temas que eran rock y metal con tintes progresivos, por supuesto. Pero había también canciones como Evádeme o Todo Gira En Torno A Ti donde el rock y el prog se combinaban con pop de aires latinos, por ejemplo, y esa mezcla era adictiva, incluso para alguien como yo que odia el pop latino con toda su alma. Tomorrow We’ll Be Gone es un disco que sabes que vas a encontrarte en la sección de metal, mientras que con anteriores obras de Space Octopus podía haber discusiones sobre dónde colocarlas.

Por último quiero haceros una recomendación. Si tenéis oportunidad, ved a Space Octopus en directo. Les he visto tantas veces que parece que te acostumbras, pero aún recuerdo vívidamente la primera vez que vi a Dann sobre un escenario. Se me cayeron los huevos al suelo cuando le vi tocar la guitarra de esa manera y cantar a la vez.

Además, Space Octopus tienen un punto ligeramente punk en su propuesta. Esto no es nada habitual en los grupos virtuosos, y hace que sus directos sean aún más apetecibles si cabe.

Recuerdo por ejemplo una ocasión en la que, mientras Dann hacía un solo de guitarra, salió a la puerta del local donde estaban dando el concierto a pedirnos que «entrásemos p’adentro, ostias». Todo esto sin dejar de tocar el solo, y sin escuchar al resto de la banda, que seguía tocando dentro del local, por supuesto. En otro concierto, no sé muy bien por qué, el anterior batería se quitó los pantalones durante una canción, sin parar de tocar. Oier, toma nota! Incluso recuerdo otro concierto, el de presentación de The Image Is Gone, en el que, una vez terminado el repertorio, con la excusa de que por lo visto uno de los amplificadores de Dann no debía de estar enchufado o algo así, se pusieron otra vez a tocar el concierto entero de principio a fin! En resumen, unos putos locos.

Pinchando aquí os dejo el enlace donde podéis comprar el disco. Disfrutadlo.

Keep on Rockin’

Dr Pretorius

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