VACACIONES ROCKERAS EN NEW YORK

Cuando te planteas hacer un viaje para conocer New York City siempre aparecen referencias a tal o cual película, a determinados hechos históricos, pero los amantes de la música rock nos encontramos un poco huérfanos a la hora de encontrar referentes míticos. Así que he decidido hacer un pequeño repaso de algunos de los lugares vinculados al rock y sus derivados que visité en mis últimas vacaciones en NYC.

Si por algo destaca New York es por ser una ciudad repleta de locales y arenas en los que se han ofrecido algunos de los conciertos más legendarios de la historia. Y el arena más mítico posiblemente sea el Madison Square Garden.

Debo decir que el Madison Square Garden no es a priori mucho más grande que, por ejemplo, el Wizink Center de Madrid o el BEC de Barakaldo, pero el sonido de los conciertos allí es absolutamente espectacular, impresionantemente nítido incluso en el gallinero donde nos encontrábamos nosotros, con un volumen que casi hace necesario el uso de tapones y con unas pantallas gigantes repartidas estratégicamente frente a las filas más altas para que la visión del show sea perfecta incluso para los que hemos comprado las entradas más baratas.

MSG

Coincidíamos en fechas con la gira de despedida de Peter Frampton, y dado que está aquejado de una enfermedad degenerativa y ha querido despedirse de su público con una gran gira estando aún en plenitud de facultades, no podíamos permitirnos el lujo de perder semejante oportunidad.

En cuanto al concierto, el telonero Jason Bonham se encargó de calentar el ambiente hasta casi hacerlo hervir con un repertorio formado por 8 clásicos de la banda de su padre, Led Zeppelin. Ejecución cuasi-perfecta de clásicos que te esperas como Stairway o Rock and Roll, y de otros menos esperables como What Is And What Should Never Be. Además, el parecido del guitarrista con el Jimmy Page de los 70’s, tanto en el aspecto físico como en los gestos y en el sonido de su Les Paul, sumado al mítico escenario en el que nos encontrábamos, hizo del show algo muy especial.

Peter Frampton y su banda sonaron igual de perfectos que sus teloneros, con un repertorio basado fundamentalmente en sus éxitos de los 70, aquellos que poblaban los surcos del mítico Frampston Comes Alive. Además nos deleitó con un par de versiones de Freddie King de su último disco de bues y, después del excelso Do You Feel Like We Do (una de las mejores canciones de la historia del rock, sin duda), cuando ya nos retirábamos extasiados, volvió a escena con nada menos que Four Day Creep y I Don’t Need No Doctor de Humble Pie. Un concierto a la altura del escenario en el que nos encontrábamos.

Pero no sólo de grandes arenas vive New York. Capítulo aparte merecen sus flamantes clubes de jazz. Nosotros decidimos acudir a uno de los más míticos, el Birdland (en la 44 entre 8ª y 9ª). Allí puedes escoger entre ver el concierto sentado en la barra o reservar una mesa por un poco más de dinero. Si te sientas en mesa puedes aprovechar para cenar a un precio prohibitivo para los estándares hispanos pero sólo un poco caro si hablamos de NYC. Para que os hagáis una idea del nivel musical del garito, nosotros vimos un concierto de una banda formada por Mike Stern a la guitarra, Bill Evans al saxo, Steve Smith a la batería y Tom Kennedy al bajo. Un concierto que podría ser perfectamente cabeza de cartel de cualquiera de los festivales de jazz más importantes de Euskadi y de España.

Birdland

Si queréis bucear en la programación de la amplia variedad de clubes de jazz de NYC os recomiendo que visitéis www.hothousejazz.com. Los hay de precios y programación muy variada. Especialmente curioso nos resultó el Fat Cat, en el West Village, que es una sala de billares con música jazz en directo y entrada y cervezas bastante baratas.

The Fat Cat

New York está repleto de salas míticas, en las que han tenido lugar grabaciones que todos los amantes de la música consideramos legendarias. Muchas de esas salas se pueden visitar sin necesidad de ir a un concierto por un precio que ronda los 20 o 30 dólares (el propio Madison Square Garden, el Lincoln Center, etc.), pero por poco más tal vez sea mejor, si el horario os lo permite, acudir a algún espectáculo. En el Midtown tenemos:

Madison Square Garden

Carnegie Hall

Radio City Music Hall

Lincoln Center (de éste no hay foto)

En el Downtown está el Café Wha!, donde comenzaron su carrera algunos mitos como Jimi Hendrix o Bob Dylan, entre otros.

En esa misma zona (East Village, Greenwich Village, Noho…) podéis encontrar también bares muy auténticos de música rock, así como la casa de la portada del Physical Graffiti de Led Zeppelin, en la 8ª entre 1ª y Av A.

El edificio de la portada del Physical Graffiti

Mural de Joe Strummer en el East Village

Máquinas de pinball en un bar del East Village

En Harlem está el Apollo, donde James Brown grabó su mítico directo. Si vais a Apollo podéis aprovechar para comprar algo en los múltiples outlets que hay en esa misma manzana y dar un paseo por Harlem, alejados de la zona más turística y bulliciosa. Si vais a Harlem recomiendo también que os acerquéis a una misa Gospel. Son todos los domingos y algunas hacen ensayos abiertos al público algunos días entre semana. Cobran la voluntad y merece mucho la pena.

Canaan Baptist Church of Christ, donde ofician misas gospel los domingos

También se puede visitar por fuera el edificio Dakota, donde vivió John Lennon sus últimos años y a la puerta del cual fue asesinado el 8 de diciembre de 1980. Justo al lado, en una zona de Central Park, se encuentra Strawberry Fields, un pequeño memorial al Beatle.

Edificio Dakota

Strawberry Fields

Por último voy a recomendar un pequeño bar de country porque tenía precios muy razonables, unas alitas de pollo deliciosas, buena variedad de cervezas, buena ambientación y música en directo. El Waylon (el nombre lo dice todo), en la 10ª avenida entre la 50 y la 51.

Waylon presidiendo la pared del Waylon

Carta de cóctels del Waylon, con nombres muy apropiados

Otros muchos locales legendarios de NYC ya no son lo que eran. Studio 54, CBGB, etc., han sucumbido a la presión inmobiliaria. Pero sigue habiendo lugares míticos en NYC para frikis como nosotros.

Keep on Rockin’!

Dr. Pretorius

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